domingo, 11 de enero de 2015

Daft Punk – “Human After All” (2005)


Hacer un análisis de la discografía de Daft Punk no resulta muy complicado en principio. Para ser artistas con más de 20 años en el negocio, lo que han lanzado es, sorpresivamente, poco (incluso contando material en vivo, recopilaciones y rarezas; aunque tomando en cuenta las películas, puede ser posible debatir la cantidad). En el consciente general, lo que más se recuerda del dúo es el ya inmortal “Discovery”, al cual también se puede ir agregando el reciente “Random Access Memories”; además de los hits del debut en “Homework”. Con eso, ya se tienen 3 de 4 discos de estudio nombrados dentro del público masivo. Y bueno, el que falta es este. Como ven, ya hay una razón bastante considerable para nombrar a este trabajo como uno infravalorado.

Ahora bien, las razones por la cual este disco no calo tan hondo en los fans y en la crítica como los demás se pueden ver a la vista una vez que se pone atención en el material que contiene. La característica principal para influir en una opinión negativa, es lo repetitivo de sus canciones. La mayoría de las veces la construcción de un tema solo tiene como base un riff inicial y una voz robotizada que menciona cierta frase, las cuales se van propagando hasta llenar toda la duración del track, acompañado de algún beat que lleve el ritmo y con ocasional añadido de uno u dos sonidos distorsionados. Y, de forma lógica, para oyentes que tienden ser tradicionales en lo que consumen para sus oídos, esto los saca de su espacio de confort y anula alguna potencial oportunidad de atención a este trabajo….al menos en la primera escucha.


En lo personal, debo admitir que lo que me conecta fuertemente con este álbum son recuerdos de infancia. Si bien ya tenía algún conocimiento de canciones de Daft Punk por esa época (sin saber que eran de ellos) fue recién en la promoción de este particular álbum en la cual me enganche con lo que hacían. Los videos musicales con los cuales publicitaban este disco me atrajeron bastante, ya que me agradaba un montón aquel concepto de “músicos robot” que adoptaron como su imagen ante el mundo y que consolidaron por esos años. Además, la música de fondo calzaba a la perfección con esa visión y terminaba de completarme la fantasía que, de manera obvia por los gustos poco comunes que desarrollaba, mis pares no entendían.

Desde ese entonces ha pasado una década, donde solo oía esporádicamente a este dúo francés escondido tras sus trajes metálicos. Y el año pasado, con todo el revuelo que causo su regreso triunfal en “Random Access Memories” (con Grammys incluidos) tras largo tiempo sin que se supiera nada de ellos, se ve como algo natural que este trabajo no muy bien considerado sea desplazado a un lugar cercano a la indiferencia (e incluso al olvido). Ante este muy probable suceso, decidí echarle algunas vueltas de nuevo. De manera lógica, algunos matices conciben una reacción distinta por parte de una persona que no oye ciertas piezas de música en una larga brecha de tiempo. Y fue mi caso para algunas cosas que iba escuchando. Sin embargo, en general, el disco me dejo una buena impresión. Sin la euforia de juventud, claro esta, pero con un buen numero de cosas para destacar.

Aparte de los viejos tiempos de mi vida, hay razones que apuntan a lo sonoro, por supuesto. De partida, el comienzo resulta muy curioso pero también atrayente e inspira a seguir atento al disco. La canción homónima se podría definir como la canción más “oreja” que hay aquí. Un interesante riff de guitarra sostiene bastante bien al tema, mientras el concepto del disco se empieza a hacer notar de inmediato, formando una ironía intencionada al decir incesantemente que somos “humanos después de todo” con voces robóticas que llegan para quedarse. También se muestra la tendencia repetitiva de este trabajo, aunque sin saturar por ahora.The Prime Time Of Your Life” por su parte es más juguetona, presentándose como una especie de dibujo que se va revelando por partes y que una vez mostrado, cambia su imagen para llevar al oyente a otra dirección que es más tensa y extraña y que va en aumento cuando se va acelerando progresivamente la velocidad hasta hacer la canción inaudible. Pieza digna como fondo de alguna escena de suspenso con mal final. El video clip lo es sin dudas (no apto para sensibles si tiene curiosidad).


La otra parte atractiva va por el final cuando nos encontramos con Technologic” y “Emotion. La primera es la que más se recuerda, y en buena parte es por el video musical donde aparece un bebe robot (supongo) algo perturbador dictando las ordenes que componen la letra del tema (el único que tiene, de hecho). Sacando eso fuera del análisis, es lo que definitivamente lo que más sacarían las radios de este conjunto de temas. Lleva un buen ritmo y la voz aguda que impone mandatos tecnológicos se adapta plenamente a él, incluso pudiendo provocar que se baile al son de los acordes metálicos (para variar). Se nota que es lo que más se elaboro en el trabajo. La segunda en tanto da cierta cuota de optimismo y relajación (tal vez por eso el nombre), sin dejar de lado las estructuras mecánicas y trayendo de vuelta la repetición. Si puede saturar con el paso de los minutos (dura seis, excesivo para lo que muestra).

Dejo para el final la parte media, ya que esta es la que más pie da para generar controversia y originar opiniones negativas. Y en buena parte, las comparto. Por desgracia, de aquí salió el sencillo de presentación en su estreno. “Robot Rock” tiene un comienzo con una batería para prometer, pero de ahí se transforma en un conjunto de acordes monótono y carente de poder que se propaga por cinco minutos. Admito que la disfrutaba en su tiempo, pero cuesta mucho ahora. “Steam Machine” y “Brainwasher” van por las mismas, aunque con sonidos más interesantes. La primera muestra la maquinización en todo su esplendor, como de esas piezas que se podrían de fondo cuando se habla de producción industrial o de cobre en las noticias. La segunda tiene un riff que es poderoso y llamativo al comienzo (siempre he pensado que cualquier artista que cree algún tema con base a esos acordes, tendría un temazo asegurado) y una voz muy distorsionada gritando el nombre de la canción. Pero como mencione, ambas se pierden en la repetición constante y pueden terminar aburriendo. “Television Rules The Nation también es monótona, pero esta salva por como se repiten esas palabras mientras el tema transcurre, queriendo provocar un efecto de que la frase se te quede en la cabeza, tal como lo hacen muchos medios de comunicación hoy día con programas que se pueden considerar “basura” pero que logran su cometido gracias a la sobreexposición.

Make Love”, por otro lado, si me genera una sensación agradable. Algo irónico porque, si bien las otras canciones tenían leves variaciones,  esta prácticamente se acerca a lo estático. Pero su composición muestra una intención distinta al resto del álbum. Es un solitario grupo de notas reiterado hasta la eternidad. La cosa es que me agrada estar en esa eternidad. Cada segundo que pasa, la pieza se oye más agradable y placentera y no puedo evitar sumergirme en ella. Sin dudas es lo más cercano a ser llamado “humano” en este disco. Se puede poner como la representación de que en un mundo cada vez más mecanizado y tecnológico, aun hay espacio para sentimientos. (Podría inferir que su posición, justo en la mitad del listado de canciones, sea por ello, pero sería ir demasiado lejos en un intento de conceptualización).


Como han podido ver, un análisis canción por canción no ayuda mucho a dar un punto de vista muy definido y certero sobre el disco. Sin embargo, puede tornarse un proyecto interesante si vemos como estos músicos galos hacen su proceso de producción. Y es que Daft Punk siempre busca un objetivo concreto en la creación de un disco que es claramente establecido desde que se comienza a planificar. Se les tiende a poner en la categoría de música electrónica cuando toca clasificar su estilo, pero siempre han demostrado que van más allá de eso, por más que en esa área hayan empezado su carrera y conseguido su fama. En “Discovery”, por ejemplo, fueron hacia un camino derechamente pop y con predominio de sintetizadores, dando más énfasis a la melodía y la armonía musical que al ritmo como en sus inicios (sin que este pierda importancia, claro esta) en búsqueda de la consecución de más alegría y colorido en su trabajo. También fue así en “Random Access Memories”, esta vez con guía hacia la música disco y de los 70s y usando instrumentalización más convencional (batería, instrumentos de viento, cuerdas, etc.), esta vez con el fin de echar vista hacia atrás y llamar a la nostalgia por aquella época.

Justamente hablando de procesos de creación, es en ello donde “Human After All” adquiere mucho valor y se hace notar en medio de la discografía del dúo francés. Si uno se pone a investigar sobre su gestación, se hace imposible ignorar el hecho de que toda la producción, composición y mezcla del trabajo se hizo en solo seis semanas y con un arsenal de instrumentos y consolas más limitado que en otras ocasiones. Y no fue por accidentes o contratiempos, sino que fue planificado así. Antes de que este proyecto saliera a luz, “Discovery” aun estaba poniendo a bailar a mucha gente en medio mundo. Ante esta situación de tanta difusión, se hubiera visto como lógico haber continuado apretando la misma tecla. Pero estos “robots” decidieron jugársela por hacer lo contrario y dar un giro autentico en 180 grados. Y como hemos observado, lo hicieron en todos los aspectos. Literalmente todos.


Con esa apuesta, los resultados están a la vista. Se ve un trabajo que explora a fondo el minimalismo y una electrónica que puede llamarse “cruda” por la producción rústica y sin decorado. Si se piensa bien, es un reflejo literal de una sociedad cada vez más mecanizada y repetitiva al sumergirse cada vez más en los distintos affaires tecnológicos que nos ofrece el mercado. Un buen concepto que se quiso reflejar en cada rincón del álbum y que cumple su cometido al lograr penetrar en el oyente causando interés y curiosidad pero también inseguridad e incomodidad con lo que se va escuchando. Al notar bien estos detalles es donde se le encuentra brillo y aprecio a este trabajo. Un experimento osado, no muy fácil de digerir, pero que termina, a la larga, transmitiendo su mensaje y saliéndose con la suya, pese a tener ciertos baches entre medio (cualquier experimento de estas características esta abierto a tenerlos). Ahora, si después de este análisis, el disco sigue sin gustar, no hay problema. Daft Punk tiene mucho material admirable que se puede destacar y todo artista tiene posibilidades de tener una obra “fallida”. Solo tengan presente que, pese a que estos músicos se disfracen siempre de androides del futuro, detrás de ellos siempre hay personas como nosotros. Son humanos, después de todo

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